Casa Médicas :
Me sobraban dedos de mis manos para contar los años que tenía, siempre de crio. Cuando pasaba por delante de ese “CASERÓN” siempre levantaba la vista para mirar su magnífica presencia. Atea puede presumir de tener una espléndida casa del siglo XIX, con personalidad, carácter y muy señorial que la encontramos en el Barrio Bodegas.
Las raíces de esta vivienda comienzan en 1881. Tras varias generaciones de propietarios siempre relacionadas en el mundo de la enfermería y medicina, la población de Atea no tardó en bautizarla (eso sí, sin agua) como “Casa Médicas”.
Es una casa magnífica digna de ver, compuesta de tres plantas con grandes espacios, alcobas, salas, comedor, biblioteca con buenos libros (muchos de ellos de medicina), etc. Todas estas estancias están decoradas y ambientadas al estilo de la época: techos altos y pintados por un artista cualificado con figuras y acompañado de motivos ornamentales, orlas, cenefas, cornisas, paredes empapeladas y puertas de madera maciza decoradas con molduras y relieves. Si añadimos el entorno exterior compuesto de huertos y jardín, en Cataluña recibiría el nombre de casa de la Burguesía Catalana.
Toda esta casa lógicamente tiene su historial. Familias y personajes que a través de los años formaron parte de las vivencias de Atea. Se inicia la construcción de la casa en el año 1881 (seguramente eran terrenos de la familia Soler Galindo) para ser la vivienda del matrimonio formado por Anastasia Soler Galindo y Antonio Maycas, que era médico de la Armada y que posteriormente sería también médico de Atea.
Fruto de este matrimonio tienen dos hijas, Clotilde y Emiliana Maycas Soler. Al quedarse viuda la Sra. Anastasia Soler junto con sus dos hijas, se ponen al frente de la hacienda correspondiente; esto son propiedades y una fábrica de alcohol. Posiblemente ellas fueron enseñadas y educadas por su padre médico experimentado, por lo que tenían grandes conocimientos en el arte farmacéutico y la habilidad en preparar fórmulas y productos de gran eficacia y efectividad. Por todo ello, los vecinos de Atea en sus conversaciones y tertulias la apodan como Casa Médicas.
Posteriormente, al cabo de unos años, la joven Emiliana Maycas Soler se casa con Manuel Lorente Bernal. Persona muy solvente con muchas propiedades y abogado de profesión con despacho en Daroca. También se sabe que fue secretario del Ayuntamiento de esta población y del pueblo vecino de Nombrevilla. Con el paso de los años, creo que el matrimonio se fue a vivir por la zona de Teruel.
Este matrimonio, Emiliana y Manuel, también tienen dos hijas, María Teresa y María del Carmen, que curiosamente y digno de mencionar que en aquella guerra civil española (nefastas para todos porque en una guerra no gana nadie) ejercieron las tres mujeres de enfermeras en el hospital de Daroca.
No nos olvidamos de la señora Clotilde, la hermana de Emilia Maycas, soltera y que durante munchos años vivió en Atea en su casa natal. Ya en el atardecer de su vida se fue a vivir con su sobrina María del Carmen a Daroca, donde creo que falleció.
Actualmente Manuel Esteban Lorente, hijo de María del Carmen, es quien regenta Casa Médicas como casa de Turismo Rural. Con su gestión aporta un servicio grande a Atea, mi pueblo.
Hoy, en el 2014, para contar mis años me hacen falta munchos dedos, pero cuando vuelva a pasar por delante de este “CASERÓN” Casa Médicas no pasaré indiferente porque, a grandes rasgos, sé el origen de sus raíces.