El Castillo:
Para el visitante ó transeúnte, que por primera vez observa esta construcción que por su altura sobresale de forma considerable de otras de su entorno, y al estar ubicada en unas de las entradas al pueblo, el primer pensamiento,” una torre de vigilancia” que da a entender que se construyó para tener vigilado el camino de acceso al pueblo (por aquellos años Atea era una Aldea).
Observando su base de paredes dobles de dos o tres metros de altura, confeccionada base de piedras y a partir de estas, paredes de adobe, o sea tapia. También podríamos entender que se construyó para evitar las posibles riadas que cada cierto tiempo, las nubes se enfadan entre ellas y el barranco baja largo, ancho y bravío de agua.
Los abuelos del pueblo, cuando les preguntas por esta edificación, no dan razón siempre contestan, de toda la vida le hemos llamado EL CASTILLO, y cuando este nombre se ha mantenido durante muchas generaciones, tienen su razón, y en parte no van muy desorientados.
Según un estudio magnífico realizado por José Ignacio Lorente, y José Delgado los dos de origen de Atea, “EL CASTILLO” está catalogado dentro de la Carta Arqueológico de Aragón, como torreón defensivo bajo medieval, que se asienta sobre un espolón de pizarra junto al barranco de Valverde. Posiblemente este torreón estaría relacionado con el sistema defensivo entramado por la Corona de Aragón para defenderse durante la conocida Guerra de los dos Pedros (1356-1366)
Dicho esto, coincide con el primer pensamiento del visitante, pues desde esta torre se vigilaba la entrada al pueblo, y los posibles movimientos de gente no deseada, recordar que por este lugar hay una entrada y salida al pueblo de Acered, y también encontramos la ruta del Cid, fácilmente entendemos que por estos lugares circulaba mucha gente este “castillo “ se construyó para tener controlados los caminos, y así mismo toda la llanura hasta la sierra de Santa Cruz,
Sabemos que el edificio está catalogado dentro de la Carta Arqueológica Aragón, y también sabemos que al día de hoy está en muy mal estado y aunque le sobra antigüedad, para ser restaurado pero al no tener ningún motivo relevante, artístico ni ornamentación resaltable, se dejara que el tiempo se cuide de que este sea una ruina.