Las Escuelas:

Atea por los años 50 tenía mucha población, y fruto de esta, se registraban unos 20 nacimientos o mas cada año, que posteriormente estos necesitaban una plaza escolar.
Había dos clases para chicos y dos para chicas, (las clases mixtas aun no existían) Además en el callejón de la cabras (calle Callizo) en el local del antiguo Hospital había un magnífico parvulario.
La sala de los chicos estaba en la Plaza de la Iglesia, esquina con la calle que sube del Paso, justamente debajo del balcón del Ayuntamiento, era la puerta de entrada, la estructura del edificio hoy está rehabilitada, pero completamente igual que hace más de 70 años. (Actualmente su espacio lo ocupa una entidad bancaria)
Los días de invierno, todos los escolares acudían diariamente a la escuela, pero tan solo llegaba la primavera, el campo necesitaba brazos y las escuelas quedaban medio vacías, ya de corta edad ayudaban mucho en las tareas del campo. Prueba de esto, en los veranos con viviendo con estos jóvenes de mi edad, con diferencia tenían un cuerpo mas corpulento, y las muñecas y brazos doblaban a los míos.
La puerta de entrada, puerta vieja de madera con plafones, y entre estos se apreciaban muchas grietas y ranuras que daba a entender que había repetido muchos muchísimos cursos, por estas ranuras mirando por ellas se podría ver perfectamente lo que sucedía en su interior, al fondo se veía claramente la pizarra y sobre estas, los retratos del general el Generalísimo Franco, y la de José Antonio Primo de Rivera y en medio de estos dos una cruz de madera.
Para acceder a las clases de las chicas, se entraba por la puerta del Ayuntamiento, se subía una escaleras para llegar a las clases,( peldaños altos que en su construcción el albañil no debía tener o no usaba el metro, cada peldaño tenía una altura diferente) El patio para el recreo era la plaza de la Iglesia, y como por aquellos años” el tráfico” era nulo, y que junto a las acacias que rodeaban la plaza el lugar era idóneo para el descanso escolar de la mañana.
El maestro, junto con el médico y el cura, eran personas relevantes y respetadas en los pueblos. Los maestros venidos de otras poblaciones como, mi tía Concha (mujer de Jesús Cebrián) un tal Ricardo Zapater, don Francisco del pueblo de Used, don Andrés, Bondad Galve, la Nati de Cubel entre otros, estaban varios años ejerciendo en el pueblo, y se domiciliaban en casas de particulares, y también en la posada de la Pascuala, con el paso del tiempo los profesores eran más jóvenes y estos se renovaban cada año ó dos años.
Salí muy “ chico” de Atea y nunca fui a la escuela de mi pueblo, creo que la enseñanza dictada por el régimen en las Escuelas Nacionales, debía ser generalizada, Enciclopedia Álvarez, de Antonio Álvarez Pérez, Lengua Española, Aritmética, Geometría, Geografía, Historia de España, Historia Sagrada, pero en especial sobre todos temas estaba El Espirito Nacional y la Religión.
Algún día en alguna esporádica ocasión recibías alguna” torta” cachete o coscorrón dado por el maestro, por no comportarte bien, era mejor no decir nada en casa, pues te contestaban, ¡señal que te lo merecías! o bien recibías otra “torta “está dada por tus padres. Bien diferente a los tiempos actuales en que la enseñanza, los profesores, la actitud, la democracia y los padres, ha cambiado hemos cambiado radicalmente..,

Los textos y los dibujos han sido enviados a esta web por Luis Cebrian