Lanzamiento de Barrón:
Se sabe que esta modalidad de lanzamiento de barra se remonta sobre los años 1450, cuando era utilizado por los vasallos cristianos y los moriscos. El barrón es una barra de hierro que se sacaba de los arados (tipo romano). Creo que recibe el nombre de brabanes y servía para realizar labores de campo y para plantar cepas. Pesa entre 6 y 8 kilos, y aproximadamente 80 centímetros de largo.
El tiro con barra era sólo uno de los muchos conceptos que tenían los más fuertes del pueblo para demostrar no solo su fuerza física sino también su habilidad. Yendo cada día al “gimnasio” del campo, conseguían tener unos brazos muy dobles y poderosos.
En las fiestas o en cualquier tarde de domingo, los mozos preparaban unos lanzamientos para pasar el rato y pasarlo bien. Quizás era por Semana Santa cuando más lo realizaban. Normalmente la zona de tiro era en la plaza del Paso y creí oír donde actualmente hoy se alza la cooperativa que recibía el nombre de “tiro pelota”. Una simple raya en el suelo o un pequeño tronco era suficiente para indicar el punto de lanzamiento. El barrón tenía que caer de punta para considerar el lanzamiento válido y en caso de duda para medir la distancia, una simple cuerda hacía de metro.
Lanzaban la barra una y otra vez hasta que se cansaban. Entre los nombres que escuché, destacaba uno llamado “el Pistolas”. Creo que se llamaba Pascual Gascón. También el padre de Pepete, algún familiar de los herreros Guallar, el Sr. Alvarito Bascochano y el que no tengo duda alguna que debería ser un buen lanzador era Francisco Guerrero. Primero porque lo conocí (era mi tío) y segundo porque tenía una gran fortaleza, sus brazos era más dobles que mis piernas. No sé qué distancia conseguían lanzarlo pero creo que unos 40 metros debería ser una distancia más que considerable.
Lo más probable es que las discusiones entre los lanzadores fueran habituales, pero al final siempre acababan merendando en alguna bodeguilla del barrio de las bodegas. Seguramente que con unos vasos de buen vino, chorizos, longaniza seca y algunas tajadas de jamón acompañado de unos panes se olvidaban de cualquier disputa.
Los abuelos, con mirada nostálgica, no se perdían ningún detalle. Aconsejaban a los mozos como debían sujetarlo, contener la respiración y lanzarlo, ya que también el barrón en sus años mozos, estaba presente en las fiestas y de las largas tardes de verano, en que ellos eran los lanzadores y los protagonistas.-.
Actualmente este “deporte” creo que es autóctono de Aragón y hay un reglamento elaborado de tiro con barra aragonesa.