Los textos y los dibujos han sido enviados a esta web por Luis Cebrian

Los Gitanos

El pueblo gitano, tiene unos orígenes antiquísimos, tanto por su cultura, que por su identidad, llegaron a España en año 1415, y que a lo largo de los años han escrito toda una larga y extensa historia
Los gitanos en su peregrinaje por toda la geografía de España, recorrían pueblos y aldeas, ya que en los años 50, no estaban sometidos a nadie y tenían libertad de movimiento. Hacían sus recorridos con la llegada del buen tiempo, creo que por dos motivos, conseguir algún trabajo de temporada, y la otra coger frutos del campo sin tener que pagarlos, Llegaban a Atea, preferentemente en verano, eran grupos de 10 o15 personas abuelos, hermanos, nietos, tíos todos eran una misma familia, y entre los carros, burros y otros enseres llevaban todas sus pertenencias, o sea su casa. Dormían en los carros, o bien en el suelo encima de un saco de paja, y siempre que podían montaban su campamento debajo de grandes nogales, porque estos les proporcionaban sombra y fresca.
Entre estos grupos que se acercaban por el pueblo, destacaba uno, que el “Patriarca” era un tal Lisardo, persona con gran carisma que fácilmente se ganaba la confianza.

Durante el tiempo que pasaban, en Atea, se dedicaban hacer cestos de diferentes medidas y tamaños, confeccionados de mimbre, que recogían por donde pasaban, nunca lo compraban, oficio que se trasmitía de abuelos a hijos, estos cestos los vendían por dinero o por comida, las mujeres preferían pan, tocino, y dinero ya que las judías patatas y otras legumbres los cogían por los huertos donde pasaban, procurando que no les viera el dueño.
También arreglaban alguna cazuela con estaño, y eran grandes comerciantes en vender, comprar y intercambiar animales, entre ellos burros, se tenía que ir con cuidado porque ellos nunca perdían, tenían una habilidad y picaresca innata para negociar.
Cuando entraban en una tienda sea casa Mamés, o casa Victoriano, estos no dejaban de vigilarlos, pues en cualquier momento de despiste, los gitanos cogían y escondían en su cuerpo algún producto que les hacía falta.
A la guardia civil siempre les llamaban “señores guardias” y les tenían un gran respeto, ya que la guardia civil en aquellos años tenía mucha autoridad, y cuando había un problema, primero pegaban y después preguntaban quien había sido.
Aparte de la forma de vivir, sus chanchullos, sus intercambios, eran gentes graciosas, y simpáticos, en cierta ocasión, mi abuelo Luis estaba cosiendo en el patio de su casa, cuando un gitanillo joven no paraba de mirarlo. Al preguntarle porque miraba tanto, el gitano le dice, “Ay eres hombre y coses”
Por aquellos años todas las casas tenían animales, y cuando uno de estos se moría, se tiraba en una zona llamada el Vallijuelo, tocando al cementerio, pero si se enteraban los gitanos, estos no tenían ningún pudor en cogerlo limpiarlo, guisarlo y comérselo. Había una señora llamada Rosario la Ribera que en cierta ocasión les dijo que no era bueno comerse los animales muertos, por lo que le contestaron, Señora, Vd.,” se los come vivos,”
De los gitanos se podría escribir una enciclopedia, de hacer espectáculos con los animales por la calles, de leer tu futuro en la palma de tu mano, su forma de entender y vivir la vida, anécdotas con los señores guardias, etc. Con la llegada de la transformación de la industria, de los trabajos en el campo, ganadera etc., pusieron en las gentes unos comportamientos sociales y nuevas formas de vivir quedando atrás, una época en que los gitanos no estaban preparados o no querían, y paulatinamente dejaron de presentarse por Atea y pueblos vecinos, terminando una vivencias y relación entre las poblaciones.