El valle del Jiloca y la cuenca de Gallocanta quedan separadas por una alineación de sierras que mantienen la dirección noroeste-sudeste, propia de la cordillera Ibérica. Están constituidos por cuarcitas y pizarras, materiales de origen paleozoico. La enorme dureza de las primeras ha ofrecido una gran resistencia a los procesos erosivos postalpinos creándose relieves que se yerguen sobre las planicies y valles contiguos. No son muy abundantes los depósitos cuaternarios, aunque se encuentran algunos glacis silíceos en las vertientes de estas montañas.
Aquí se produce el máximo gradiente de altitud en la comarca, entre la vega del Jiloca en Murero (695 m.) y el monte Santa Cruz (1423 m). Este espacio natural(Sierra de Santa Cruz) es uno de los más extensos del Campo de Daroca y afecta parcialmente a los términos municipales de Cubel, Used, Santed, Gallocanta, Berrueco, Val de San Martín, Balconchán, Orcajo, Atea y Acered.
Su litología silícea selecciona a las comunidades vegetales, en las que predominan las especies acidófilas. Esta naturaleza química del sustrato, y su correspondencia en la flora, complementa y enriquece a la del conjunto de la cuenca de Gallocanta, en la que aparecen además taxones halófilos y calcícolas, ofreciendo una diversidad florística notable.
El paisaje vegetal es complejo. Ascendiendo por las vertientes de la sierra hacen su presencia cultivos cerealistas, de frutales de secano (almendro, cerezo) y viñas, pastizales xerófilos, estepares y brezales, carrascales, pinares de repoblación, rebollares y marojales, surcados por arroyos y ramblas y salpicados -en las zonas altas- por roquedos y canchales.
En el periodo desarrollista de los años 1960-1970 se aplicó una política forestal que arrinconó y degradó los restos boscosos de estos montes. Aquellos carrascales y rebollares de las zonas bajas de las laderas fueron roturados y dedicados al cultivo del cereal, al calor de las ayudas públicas y la mecanización agrícola. Al tiempo, los que crecían en áreas de mayor pendiente y de peor suelo fueron descuajados y aterrazados para la implantación de cultivos de pinos.
En las vertientes de umbría de la sierra de Santa Cruz es donde se aprecia con mayor claridad la ordenación altitudinal de la vegetación.
La carrasca (Quercus ilex ssp. ballota) es la especie arbórea dominante en la mayor parte de la sierra, tanto en las umbrías (zonas bajas y más expuestas de las laderas), como en la mayor parte de las solanas. El rebollo (Quercus jaginea) forma masas mixtas con la carrasca, predominando cuando se reduce la insolación o cuando los suelos más evolucionados le garantizan las reservas hídricas estivales a
este roble marcescente, El marojo (Quercus pyrenaica) es mucho más escaso debido a su mayor exigencia en humedad, refugiándose en las zonas más frescas y de suelo más profundo.
En los claros y en las arias del bosque aparece un denso matorral formado por arbustos silicícolas como la estepa (Cistus laurifolius), la brecina (Calluna vulgaris) y el cantueso (Lavandula pedunculata), en los que hacen su presencia otras especies también presentes en el sotobosque del carrascal o del rebollar, como son la gayuba (Arctostaphyllos uva-ursi) y el enebro (Juniperus communis)
Algunos prados han conservado el suelo, sobre todo en zonas frescas y sobre arcillas pardas de alteración de la pizarra; sin embargo, lo más común es encontrar eriales con aliaga (Genista scorpius),lastón (Brachypodium retusum) y tomillo (Thymus vulgaris) En algunos enclaves aflora el roquedo, acantonándose una interesante flora de óptimo eurosiberiano con especies como el avellano (Corylus avellana) o la dedalera (Digitalis purpurea), aunque también aparecen otras de origen iberoatlántico como Dianthus lusitanus.
Desde la sierra de Pardos penetra un núcleo Centaurea pinnata,
endemismo aragonés amenazado que se ha incluido en la Directiva
de Hábitats.
Particular belleza tiene el paisaje de pastos y espinos, con
carrascas dispersas entre las que emergen negras losas de pizarra.
En cuanto a la avifauna cabe destacar la presencia de diversas
rapaces como el águila real (Aquila chrysaetos), halcón peregrino
(Falco peregrinus), águila calzada (Hieraetus pennatus), búho real
(Bubo bubo); otras especies escasas en el ámbito europeo son la
chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), el escribano hortelano
(Emberiza hortulana), la cogujada montesina (Galerida thecklae),
la calandria (Melanocorypha calandra) o la terrera común
(Calandrella brachydactyla), siendo más propias de pastizales y
otras áreas abiertas.
En estos bosques habita el jabalí (Sus escrofa), el corzo (Capreolus capreolus) y el gato montés (Felis sylvestris), mientras que en áreas más abiertas, lo hace la musarañita (Suncus etruscus). En zonas húmedas están, entre otras, la rana de San Antonio (Hyla arborea), el sapo de espuelas (Pelobates cultripes) o el sapillo moteado (pelodytes punctatus).
Ruta Atea - Santa Cruz ( PR-Z60 )
Ruta Atea-Acered-Virgen de Semón
Texto extraido literalmente del libro:"Comarca del campo de Daroca" de Fabian Mañas Ballestin.
Fotografias de Roberto Tornos